Hay personas que dejan huella no por lo que hacen, sino por lo que provocan en los demás.
Y un maestro… un verdadero maestro… es quien transforma vidas desde la palabra, el ejemplo y la vocación.

Hoy en la Universidad Metropolitana, celebramos con profundo respeto y gratitud a cada uno de nuestros docentes.
A ustedes que creen en el poder de la educación como una herramienta de cambio.
A ustedes que, con paciencia y compromiso, forjan el pensamiento crítico, despiertan la curiosidad y construyen sueños en cada estudiante que pasa por sus aulas.

Sabemos que educar no es solo impartir conocimientos: es acompañar procesos, abrir caminos, abrazar dudas, y confiar en el potencial de cada persona.
Es sembrar con esperanza, aun cuando el fruto no se vea de inmediato.

Gracias, maestras y maestros UMET, por su entrega diaria, por su calidez humana, y por ser el corazón que late dentro de cada carrera, cada clase, cada logro de nuestros estudiantes.

¡Feliz día! ¡Hoy celebramos su vocación, su entrega y su legado eterno!